No es casualidad que el estreno del documental Michael H. Profesión: Director coincida con su presencia en España para recibir el -merecidísimo- Premio Príncipe de Asturias de las Artes. La distribuidora, de forma muy inteligente, ha aprovechado el tirón de su presencia en Oviedo para deleitarnos con este apasionante y aleccionador viaje por las entrañas del cine de Haneke.
Todo lo que se pueda contar, desentrañar o desvelar de Michael H. Profesión: Director ya está dicho en la película. El documentalista Yves Montmayeur ofrece un trabajo exhaustivo, centrado principalmente en la forma en la que el cineasta se enfrenta al rodaje: comenzado por su último trabajo hasta la fecha, Amour, y terminando en alguna de sus primera obras menos famosas, como la versión austríaca de Funny Games, El video de Benny o 71 Fragmente einer Chronologie des Zufalls.
Se echa de menos en un proyecto como este sobre la figura de uno de los mejores directores europeos –para mi mundiales–, una mayor prospección en su vida y su personalidad, datos que nos podrían ofrecer un retrato quizá más íntimo y tal vez más cercano. Pero tras ver cómo el director austriaco se enfrenta a las entrevistas previas a la promoción, se comprende su nulo interés por permitir que las cámaras atraviesen el velo de su intimidad, algo que Haneke parece guardar con celosa intención. Aún así, los testimonios de los actores –atención especial a Jean-Louis Trintignant y a Juliette Binoche– o los momentos significativos de algunas secuencias –memorable como el cineasta encara el larguísimo plano secuencia inicial de Código desconocido– terminan por conformar algo más que el pretendido retrato profesional.
Aunque insuficiente, Michael H. Profesión: Director, es toda una lección apasionante e interesante que, de visión obligatoria en todas las escuelas de cine, puede –y debe– completarse con un repaso a toda su filmografía.
La película se estrena este fin de semana en algunos cines y, por fortuna para quienes no vivan en grandes capitales, también en la plataforma on line filmin. No se la pierdan, por favor.