«El culo del mundo», Buenafuente se confiesa

A Buenafuente no le asustan los retos. O si le asustan, lo disimula muy bien. El caso es que el último se lo lanzó un espectador que desde un pueblecito argentino tuvo el acierto de tocarle la fibra sensible con un emotivo correo electrónico que daría pie –junto a muchas otras cosas– a este documental titulado, acertadamente, El culo del mundo. En él, el humorista, comediante, showman, presentador, y algunas cosas más, intenta desvelar a través de amigos y compañeros de profesión, cuáles han sido sus motivaciones a lo largo de su carrera para seguir, día tras día, intentando hacer reír a todo un país.

Surgido durante un parón en su trabajo televisivo y dirigido también por Eva Merseguer, El culo del mundo nos acerca a las claves de la comedia y nos confirma los resultados estimulantes, curativos y hasta adictivos, tanto de los que la practican, como de los que la disfrutan.

Entre estos últimos me encuentro. Entre otras cosas porque mi forma de entender la televisión y el entretenimiento está estrechamente ligada –desde la distancia– a su forma de expresar e interpretar el humor. La primera vez que vi a Andreu Buenafuente –en la tele se entiende–, y si la memoria no me falla, fue en 1994, en un programa llamado Persones humanes en el que colaboraba con una especie de revista de prensa en tono irónico-sarcástico. Cinco años antes había dejado mi pueblo, Ponferrada, para iniciar una nueva aventura familiar, laboral y personal en Castellón. Y TV3 fue mi escuela de idiomas. En ella aprendí, o al menos lo intenté, algunos consejos de Bona Cuina, algo de música (Sputnik), pero mi parte favorita era el humor. Y por eso en 1995 me convertí –como tantos otros castelloneses, y supongo que valencianos– en devoto de un programa que comenzó sin título y al que Buenafuente bautizó, –seguro que tras darle unas cuantas vueltas y no encontrar nada tan acertado– como Sense títol (Sin título).

A ese siguieron otros de idénticas características –monólogos, entrevistas, colaboradores, orquestas, gags– hasta que llegaron sus grandes éxitos: La Cosa Nostra y Una Altra Cosa, auténticos maratones diarios de más de dos horas de programa –a veces incluso más– en las que era fundamental la capacidad de improvisación de tipos como José Corbacho, Fermín Fernandez, Santi Millán, Sergi Mas o personajes como El gilipollas y Narcís Reyerta –ambos interpretados por David Fernández–, Palomino –el gran Oriol Grau, maestro de orquesta en Sense títol– o Mario Olivetti y El Neng -tras ellos Edu Soto-. Cuando dio el salto para hacer su programa en castellano, en Antena 3, llegué a discutir con algunos miembros de mi familia porque pensaban –ellos– que el humor de Andreu sólo era comprensible para cierto tipo de público (Catalunya y su entorno). La realidad les quitó la razón: el programa triunfó y consiguió sumar seguidores vírgenes, hasta entonces, a su forma de hacer el humor. De esa etapa florecieron otros genios, Jordi Évole, Berto Romero, su media naranja televisiva, Silvia Abril, la sentimental.

Y no seguiré lanzando elogios, no vayan a pensar que escribo esto motivado por un cheque cuñado desde El Terrat. Creo que el camino se demuestra andando. Y que a una persona como a Buenafuente y a su equipo lo mejor que se le puede decir es que gracias a él, muchos, nos vamos reídos a la cama.

El culo del mundo se estrena en cines el 11 de abril y en DVD y on line dos semanas después.

Este es el trailer

 

 

Otro artículo ad hoc:

«Andreu Buenafuente, Fuente, o Buena, como le llama su colaborador y amigo José Corbacho, es el seudónimo de un extraterrestre. Quien si no, sería capaz de poner en marcha un programa diario, de lunes a jueves, de casi 3 horas y pico de duración, sin hablar ni de famosos, ni de chismes, ni de noviazgos (salvo las bromas alusivas a la familia real, por supuesto), ni de sucesos. Y encima consiguiendo que más de la mitad de catalanes, mallorquines y valencianos opten por ver su programa en lugar del peliculón, de Hospital central, UPA Dance, Los Serrano o Crónicas Marcianas. Alguien con semejantes capacidades tiene que ser, a la fuerza, de otro planeta.

Nos encontramos por tanto ante un flautista de Hamelin contemporáneo, un hombre orquesta que escribe, dirige, presenta y produce. Como buen alienígena nació en Tarragona, en Reus para más señas. Y desde allí se lanzó a fundar una especie de banda ideológica dedicada a la malas artes del humor radiofónico (primero en la COPE y después en la SER), a la que denominó con el catalán nombre de El Terrat (la terraza o algo así). Tarea predestinada al ostracismo y la marginación que, por suerte, le llevó hasta la televisión. Sus primeros pasos televisivos los dio a las órdenes de Alfonso Arús en aquel inenarrable programa llamado Al ataque!. De ahí a TV 3 junto a Miki Moto en Persones Humanes y posteriormente lanzándose al ruedo, en solitario, allá por el 94 con SENSE TÍTOL. Pero sus mejores momentos nos llegaron con LA COSA NOSTRA, un late night plagado de esqueches y de parodias, el único, por ahora, capaz de robarle espectadores al Crónicas de Sardà.

Tras un parón de casi un año, en 2002, Andreu puso de nuevo en marcha otra sucursal del humor estilo El Terrat con el nombre de UNA ALTRA COSA (UAC). El programa, además de la presencia de Andreu tiene cinco pilares fundamentales. Dos de ellos ya estaban en su anterior aventura, La Cosa Nostra: Jose Corbacho y Santi Millán. Esta pareja de hecho, coincidió por primera vez en La Cubana, aquel grupo de… teatro, o algo así, fundado para mayor gloria de sus miembros con un único fin: diversión y transgresión. Pero el salto definitivo les pillaría a ambos en La Cosa Nostra. Allí, Corbacho deslumbraría dando vida al Sebas, un casposo y suicida aspirante a todo, desde escapista hasta funambulista, o todo lo que acabase en ista. Las cosas le han ido tan bien que ahora ya tiene programa propio, producido, por supuesto, por El Terrat: Homozaping. Santi, a pesar de su nariz, se convirtió de la noche al día en sex symbol catalán gracias a su personaje de Paco, un amigo jeta y chulo del Buenafuente presentador. Como a Corbacho, a Millán, la suerte le ha venido de cara, y ahora disfruta de su estatus de actor en series (Siete vidas) y películas (Vivancos III). A ellos se les han unido en UAC, Toni Albá, Eduard Soto, Mónica Pérez, David Fernández, El follonero (Jordi Évole), y el inseparable Fermín Fernándes, colaborador leal al «boss» desde su primer programa. Pero todo eso era poco para una mente tan inquieta y saltimbanqui como la de Andreu. Y entre sus bisnes figura un interesante aparato editorial. Por ejemplo, los monólogos que escribe con su equipo de guionistas cada semana para Una Altra Cosa, (antes para La Cosa Nostra) han dado a luz cuatro hijos bastardos, o lo que es lo mismo, cuatro libros: Digue’m agossarat, Hem de parlar, Què t’anava a dir?, No sé si m’explico.

Está claro que lo que más le gusta a este hombre, perdón, a este Expediente X, es largar, o sea hablar. Esa es la razón fundamental por la que se mantiene en la radio casi desde antes de que llegase José Luis Moreno. Bueno, tanto no, pero sí desde hace años, puesto que la radio fue el medio que le lanzó y del que nunca ha querido, ni podido, separarse.

Aunque en su marcador, las victorias ganan por goleada, con su productora, Andreu, ha conocido el éxito, pero también el fracaso. Suyo y de su equipo (Oriol Grau, otro amigo, colaborador cercano, y director de series y programas), junto con el de los creadores Joel Joan y López, fue el éxito de la mejor sitcom que se ha hecho en España, PLATS BRUTS (Platos Sucios). Suyo también es el primer programa que ha conseguido que los vascos se rían de sí mismos: La Gran Evasión. Y suyo, de su productora, es el riesgo y la originalidad de Me lo dice o me lo cuentas, el único programa que ha dicho las cosas claras en materia de sexo, y además con buen humor. En el camino se quedaron proyectos como MONCLOA, DÍGAME? (sitcom parodia del entorno de Aznar que duró dos telediarios) y LA ÚLTIMA NOCHE, debut en Tele 5 de Corbacho, primer tropiezo con ejecutivos poco dados a conceder tiempo a un buen programa de humor. Así, sin prisa, pero sin perder ni un segundo en el mundo del entretenimiento, ha crecido a su alrededor, un grupo de personas capaces de hacer posible el titular de este artículo: El humor o es inteligente o no es humor, que en realidad más que a Buenafuente habría que atribuírselo a ese gran mago de la ironía, amigo inseparable de El Terrat que es Pepe Rubianes.

Pero resumiendo: ¿qué le queda por hacer a Andreu Buenafuente? ¿Dar el salto a TVE? Pues en esas andaba, al menos los directivos de la primera así se lo hicieron saber. Y ya te ves a Buena luchando entre su parte demonio y su parte ángel, para que finalmente decidiese, hábilmente e inteligentemente, quedarse en TV3. Tuvo que ser cosa del demonio, porque dicen que por dinero no fue. Así que, si las fuentes, las buenas, no nos engañan, de momento, habrá más Una Altra Cosa, y la veremos en toda España». Andrés Fierro Novo. Publicado en la revista EVASION, nº 35 septiembre de 2004


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