El cine bélico dignificado por Spielberg a finales de los 90 con Salvad al soldado Ryan y esa joya de miniserie llamada Band of brothers, nos ha dejado muy buenos recuerdos. Sobre esa misma línea parece caminar este Corazones de acero de David Ayer, guionista curtido en proyectos tan distantes como la brillante y eficiente Training Day, y la previsible aunque entretenida A todo gas –sí, la primera de esa interminable saga–.
De entrada la producción ha conseguido juntar a dos estrellas, una con más derechos y razones que la otra, Brad Pitt y Shia LaBeouf, en una historia que nos habla sobre la valentía, el coraje, la amistad, y, un poquito, el amor. Ingredientes del mejor cine bélico, en el que Pitt se lleva, como no, el papel bombón, y a su lado Logan Lerman, al que hemos visto en las películas sobre Percy Jackson, demostrando que su transición de niño a proyecto-de-hombre le está sentando muy bien.
Se nota la escuela y el camino abierto por Spielberg en la producción y en la estética del filme, como también nos recuerda, a mucha distancia al personaje de aquel sargento de tanque al que daba vida un misterioso y extravagante Donald Sutherland en Los violentos de Kelly. De Brad Pitt, sólo podemos decir que le sientan bien los uniformes, algo que ya quedó demostrado en el acercamiento bélico de Tarantino.
El estreno, el 16 de enero de 2015, y el trailer para hacer boca mientras.
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