Paul Haggis, amigo de Clint Eastwood, para el que escribió el guión de Million Dolar Baby, se llevó unos cuantos Oscar en 2006 gracias a Crash, una película emotiva, tensa y, también, sobrevalorada, una (segunda) opera prima que colocó a su director y guionista en un olimpo accesible para muy pocos. Por un lado las bondades con las que la crítica acogió su guión de Million Dolar Baby, su amistad con Eastwood y su colaboración en su magna obra sobre la 2ª Guerra Mundial en el Pacífico, y la riestra de Premios conseguidos por todo el mundo con su siguiente trabajo, Crash, hacían presagiar una carrera sólida y llena de grandes trabajos. Pero aunque Haggis mantuvo el tipo con la serie Los hermanos Donnelly y con su siguiente trabajo, En el valle de Elah, lo cierto es que su talento ha quedado diluido en el mundo de la escritura, dejando casi de lado –la excepción ha sido ell remake de Pour elle de Fred Cavayé, Los próximos tres días– la dirección.
Con unos cuantos meses de sospechoso retraso –en Estados Unidos y otros países la película se estrenó a mitad de 2014– nos llega este quinto trabajo como director. Autor también del guión, Haggis intenta emular el éxito de Crash utilizando el recurso de las historias cruzadas. Hay un encomiable trabajo de dirección de actores, todos sobradamente conocidos y que funcionan como único reclamo. Ya que los intentos por trazar un retrato sobre un grupo de seres humanos consumidos por la culpa, el amor y la inestabilidad emocional resultan infructuosos. Haggis, y básicamente su guión, naufraga en un continuo cruce de secuencias en las que la mala dosificación y la excesiva dilatación del tiempo convierten a En tercera persona en un relato irregular, intrascendente y carente de emoción. James Franco, Mila Kunis, Liam Neeson, Olivia Wilde, Kim Basinger, Maria Bello, Moran Atias y Adrian Brody hacen lo que pueden –bastante– por mantener el interés en una película en la que el brillo y la chispa emocional quedan reducidas a un par de secuencias. Habrá que seguir esperando al siguiente proyecto de Haggis para saber si se trata de una crisis pasajera o perenne.