Este es un resumen, es decir un texto breve, de las series que más me han gustado de 2015 y que seguiré viendo en 2016. Seguro que echáis de menos alguna. Pero mi tiempo no da para más.
House of Cards no es sólo la serie de 2015, lo es 2014 y de 2013. Y probablemente lo sea de 2016. Que quizá debería ser también un buen momento para que sus creadores, Beau Willimon y David Fincher, se planteen un final digno.
The Good Wife ha perdido –ojo espoiler– personajes potentes, desde Will Gardner hasta Kalinda. Pero no cabe duda que ha sabido recuperar el aliento y sigue siendo mucho más que una serie de abogados.
Boss es puro Kelsey Grammer. Si en 1993 me dicen que el doctor Frasier Crane se iba a convertir en un pilar de la ficción dramática estadounidense seguro que me hubiese reído en sus caras.
Blindspot juega a parecerse a un híbrido entre Lost y Alias pero sin ser ninguna de las dos. Los primeros capítulos, de momento, prometen un policíaco con misterio. Veremos.
Hell on Wheels me tiene atrapado. Es de las pocas series que apenas tienen interiores. En España, y siguiendo los dictados de productores cobardes, sería impensable una serie así. Huele a western sucio y a valores clásicos. No es Deadwood. Ni es Justified. Pero tiene lo mejor de ambas.
Mad Men es sin duda una de las mejores series de la historia de la televisión. Muy pocas a su altura. La dejé en la 2ª temporada hace un par de años, y en junio me he aplicado la lección. Es tan buena que a veces cuesta creerlo.
Fargo. He visto muy poco. Pero todo en ella es tan endiabladamente misterioso y a la vez tan cotidiano que va a ser imposible que la deje.
El Ministerio del Tiempo. Es la primera vez –ojalá que no sea la última– que incluyo a una ficción española en esta lista. Pero es que la serie creada por Javier Olivares y su hermano Pablo, ha superado todas las expectativas. No se puede decir eso de que «no parece española» precisamente porque esa es una de sus virtudes: es una serie muy española. Pero escrita y realizada con mimo y profesionalidad. Sólo necesita un poquito más de dinero –sí señores productores de TVE, más dinero– y tiempo para que sus guiones sigan siendo igual de buenos. Ha conseguido poner de acuerdo a críticos y guionistas, y nos ha reconciliado con la ficción televisiva española. Que buena falta nos hacía.
Me dejo en el tintero algunas que se han vuelto insoportables y que antaño lucían como grandes ficciones. Entre ellas The Walking Dead, que en su 6ª temporada parece casi una parodia de lo mejor de sí misma. No puedo con Homeland. Por mucho que algunos la coloquéis siempre entre las mejores, no puedo. Ni con ella, ni con su inexplicable evolución narrativa, ni con su protagonista. Sobre todo con su protagonista, Claire Danes. Como también se me hace muy cuesta arriba ese interminable continuará de The Affair, por muy bien contado que esté todo desde ambos puntos de vista.
Y más o menos, esto es lo que he visto este año, y seguiré viendo. Además de algún que otro policiaco para pasar el rato tipo Blacklist, Bones o Castle. Y por supuesto, otras que voy a ver, sin falta, son Penny Dreadful,–en la que el español Paco Cabezas ha conseguido colarse como director con todo merecimiento– la última de Downton Abbey, Mozart in the jungle, The Knick (he visto 2) y Masters of Sex. Ah, y no, no he visto la 2ª temporada de True Detective (básicamente por respeto a la 1ª). Y tampoco soy seguidor de Juego de tronos, lo que no significa que un día no me pegue un atracón de temporadas.