«Spotlight», el triunfo del buen periodismo

El 20 de enero de 2016 Antena 3 Noticias abría su informativo con una exclusiva. Según contaban, tenían imágenes que demostraban la relación ETA, CUP, Podemos y Venezuela: es decir, que miembros de Podemos y la CUP habían acudido a Venezuela, en secreto, para homenajear a terroristas de ETA. En realidad se trataba de un viaje realizado por intelectuales de todo el mundo, invitados por el gobierno de Venezuela, que la propia diputada de CUP, Anna Gabriel, explicó detalladamente en varios medios. La supuesta exclusiva quedó al descubierto tan sólo unas horas después gracias a digitales como La Marea : ni era secreto, ni era homenaje, ni era exclusivo para Podemos y la CUP. Bastaba con una simple llamada, o incluso una búsqueda en Internet, para averiguar de qué tipo de evento se trataba y quiénes habían sido invitados.

 

Al día siguiente –así lo quiso la casualidad– la distribuidora E-one films realizaba uno de los pases de prensa de Spotlight. La película, basada en hechos reales, relata las peripecias de un grupo de periodistas de investigación del Boston Globe, denominado Spotlight, ganadores del Premio Pulitzer al Servicio Público en 2003 por haber destapado el escándalo más grande de abusos sexuales, violaciones y pederastia dentro de la Iglesia católica. El equipo no sólo dio luz a las continuas violaciones sexuales de más de 90 sacerdotes, además descubrió que la propia Iglesia –el Arzobispo de Boston, Bernard Francis Lawsupo de ellos y los encubrió. Siguiendo los pasos habituales que todo –buen– periodista conoce y practica: localizar fuentes, llamarlas por teléfono, entrevistarlas, contrastar, rebuscar en registros, hemerotecas, bibliotecas, etc:  así una y otra vez, los redactores se encontraron –tal vez– con una de las más apasionantes historias de su carrera. Su trabajo había conseguido dar voz a las víctimas de esos abusos y poner de manifiesto algo que el poder eclesiástico, con el beneplácito de otras instituciones, había intentado ocultar.

 

Por mi formación y mi experiencia como periodista he llegado a la conclusión de que sólo existe un tipo de periodismo: el bueno. Y ese es el que nos presenta Spotilight, con un guión brillante, sin artificios, siguiendo los pasos marcados por trabajos como Todos los hombres del presidente. Con un elenco de actores encabezado por ese genio llamado Michael Keaton y al que siguen de cerca Mark Ruffalo, Rachel McAdams, Liev Schrieber o Stanley Tucci, entre otros. El director Tom McCarthy –del que recuerdo especialmente su primer trabajo, Vías cruzadas– ha retomado el estilo sin prisa, pero sin pausa, que tan buen resultado le dio a Alan J. Pakula. Y con una buena historia, un guión a la medida, y el buen hacer de los actores, ha conseguido una de las mejores películas del año.

Y sí, por supuesto, lo del primer párrafo no es periodismo. Ni se le acerca.

 


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