Deadpool es un superhéroe atípico. Una frase que os vais a hartar de leer. Pero es verdad: lo es. Es un bocazas, es vengativo, es vanidoso, es narcisista, no tiene piedad, es un inculto chulesco y, además, suelta chistes de dudoso gusto sobre otros superhéroes. Y con estos mimbres tampoco sorprende que se haya convertido en carne fresca para frikis de redes sociales, ávidos de comentar y compartir todas las chorradas que es capaz de albergar semejante personaje. Su productora lo sabe, y por eso se ha encargado de difundir una campaña de márketing muy ad hoc.
Y visto así, Deadpool es de esos personajes a los que se les adora –sus fans, mucho, mucho– o se les odia. En todo caso la tarea por reubicar a los heroes de acción en un universo de comedia gamberra es encomiable. Y su resultado, aunque irregular, es esperanzador para Tim Miller, director que debuta con esta semi-superproducción (super que juega a serie B) en el mundo del largo.
Por cierto, no es la primera vez que el personaje Wade Wilson-Deadpool, aparece en la gran pantalla. Os recuerdo que, oficialmente, debutó en X-Men orígenes: Lobezno. Aunque, aclaremos que aquel Deadpool no tiene nada que ver con éste, si exceptuamos que el actor que lo protagoniza, Ryan Reynolds, es el mismo.
Deadpool se estrena el 19 de febrero en España. De momento, el trailer para abrir boca.