Entre los trabajos más esperados de este 2013 se encuentra esta cuarta adaptación al cine de la novela de Francis Scott Fitgerald. Y como en anteriores ocasiones –siempre que se trate de un relato que supone el remake de otra anterior– suelen venir a la mente adjetivos como repetitiva o inecesaria. Pero cuando entre los títulos de crédito aparecen los nombres de Baz Luhrmann, el director, y Leonardo DiCaprio, el protagonista, como mínimo el beneficio de la duda.
Luhrmann, cuya obra cumbre –recordemos que ésta es su quinta película– es Moulin Rouge, ha intentado poner en marcha una maquinaria de idénticas características a la ya mencionada. Pero ni el apego al guión que escribió Coppola y dirigió Jack Clayton en 1974, ni a la propia obra de Scott Fitgerald se lo han permitido. Así, lo que debería haber sido el Ciudadano Kane de Luhrmann termina convertido en un batiburrillo de grandes escenografías plagadas de músicas estridentes que detienen su ritmo de forma inesperada para dejar paso a la literatura y los diálogos que el novelista plasmó con extremo cuidado en la obra de referencia, y que aquí, debido a la inquietud, o tal vez la ineptitud a la hora de interpretar la obra, terminan ahogados por una presumible épica efectista.
Poco o nada ha aportado el cineasta australiano que no estuviese ya presente en la anterior versión. Ni siquiera la parte musical –nefastamente administrada y cuya combinación resulta pésima– que tan buenos resultados ofreció en Moulin Rouge, puede salvarse de este festival pirotécnico en el que resalta, por momentos, el talento de un DiCaprio que parece recién salido de El Aviador. Algo que no debe achacarse a su saber hacer si no a los sospechosos parecidos entre el novelesco Jay Gatsby y el Howard Hughes real.
El resto de actores pasa sin pena ni gloria por un relato previsible y que quizá se ha fijado demasiado en la anterior versión cinematográfica de la novela de Fitgerald protagonizada por Robert Redford, -dicho de paso- otra obra igual de fallida que la de Luhrmann.
Puede que guste un poco a los fans del director, y un poco más a los de Leonardo DiCaprio. El resto, absténgase y aprovechen para ver algo de cine europeo del bueno, ya sea francés, inglés o alemán.
El gran Gatsby se estrenó en España el 17 de mayo de 2013.