1. El argumento de Man of Steel –obra de David S. Goyer y Christopher Nolan– es distinto al de las otras versiones de Superman. Mantiene muchas de sus claves, pero no es igual. ¿Es Superman?: sí. Pero es distinto. Es en realidad una nueva reinterpretación de los cómics.
2. Los productores demuestran que han visto Dune, de David Lynch, y que les gustó. Bastante. Una gran parte del diseño artístico de la primera parte –Jorel y Kalel en Krypton– parece inspirado en el que Benjamín Fernández –exacto, un español– y Pierluigi Basile realizaron para esa épica y espectacular película que Lynch dirigió en 1984.
3. En El hombre de acero subyace una lucha entre dos conceptos: el de Nolan y Goyer, más preocupados por el lugar que debe ocupar Kalel –Superman, para los neófitos– en la Tierra y por su disyuntiva a la hora de elegir entre humanos o kryptonianos. Y por otro el de Zack Snyder –director de 300 y Watchmen–, más interesado en rellenar la trama con el mayor número de secuencias de acción y restringir al mínimo los diálogos. Al final triunfa Snyder, pero no consigue que olvidemos los momentos más brillantes de la lucha dialéctica entre Kalel, defensor de los hombres, y Zod, defensor de Krypton.
4. Nolan ha apostado por conceder a Russell Crowe uno de los papeles fundamentales del filme: Jorel, el padre de Superman. Su trabajo, creíble, sólido y de mayor recorrido que el de Marlon Brando en el Superman de Richard Donner, contrasta con la poca presencia de la otra estrella madura, Kevin Costner, quien da vida al padre adoptivo. En todo caso su presencia es altamente estimulante.
5. Más aliciente es la presencia de Diane Lane. A pesar de haberla envejecido a base de tinte canoso y maquillaje, la actriz sique desprendiendo todo su sex appeal y su belleza magnética y emocionante.
6. Henry Cavill resulta eficiente y, sobre todo, mucho más musculoso que los anteriores Superman, con un físico que por momentos recuerda al Lobezno de Hugh Jackman. Incluso de gafapastas resulta mucho menos tontorrón que Brandon Routh. Aunque aquí advierto que a Clark Kent sólo le veremos al final de la película.
7. Casi lo mismo para su chica. Mucho más lista e intrépida que la anteriores Lois Lane, Amy Adams aporta inteligencia y una brillante mirada de gran actriz. Una excelente elección, como también lo ha sido la de la israelí Ayelet Zurer para dar vida a la madre de Superman.
8. Pero el héroe será tan grande cuanto más lo sea su antagonista: Michael Shannon ya tenía cara de malo antes de enfundarse el traje del General Zod. El resto lo pone su voz y su físico. Y aunque le falta cierta madurez y algo de aplomo en sus diálogos –no es culpa suya, le han dibujado así–, su enfrentamiento con Superman es largo e intenso.
9. Hablando de diseño: queridos fans, el traje de Superman ha cambiado. No lleva calzón rojó por fuera. A mi me gusta. Creo que precisamente esta parte, el diseño artístico y el de producción, es lo mejor de la película. Pero no sé lo que opinarán los puristas, claro está.
10. Recomendable: sí, pero teniendo muy en cuenta que además de producir Nolan, la dirige Zack Snyder. No sé si me explico.
LA 11, la añado tras verla una segunda vez:
La primera hora y cuarto de película es una auténtica maravilla. En cambio la segunda hora –aproximadamente– se convierte en una gran cagada por culpa de luchas innecesarias y efectos digitales abusivos. Por no hablar de ese cuarto de hora final repetitivo, un giro que tanto sus guionistas como su director deberían habernos ahorrado.
De regalo cuatro piezas con algunos secretos del rodaje que recomiendo, sólo, tras haber visto la película. Empiezo por la 2ª porque explica detalles sobre el diseño de producción del que he hablado al principio. El resto lo podéis localizar aquí.
Escinéfilo 