Se llama Fede Álvarez, nació en Montevideo (Uruguay) y es también el director y guionista -junto a su amigo Rodrigo Sayagues– de Don’t Breathe, una de esas películas de género que -inesperadamente- acaba de convertirse en un éxito de taquilla en EE.UU., algo que probablemente también puede suceder en Europa.
Sorprende que una película tan sencilla, sin estrellas –ni entre los actores ni entre el equipo técnico– con un material tan nimio, casi el mismo con el que Fincher construyó su Panic Room, haya sido capaz de conseguir una contundencia rara en un género, el de terror, tan habituado ya al maniqueísmo y a los tópicos. Está claro que aquí hay tópicos, por supuesto, se trata de una película de género, pero están manejados con soltura, sin abusos y con cierta sorna.
No respires , traducción perfecta y literal al español, consigue y transmite lo que quiere conseguir y transmitir: entretenimiento, emoción, miedo y sobre todo muchísima tensión. Que es de lo que se trata, de que «no respires». Con un último mensaje: jamás se te ocurra entrar a robar en la casa de un ciego, porque te puedes encontrar con todo un mundo de trampas y sorpresas.
Y después está la propia aventura de Fede Álvarez, un creativo publicitario que con menos de 300 euros sacó adelante un corto llamado Ataque de pánico, escrito, dirigido, editado y producido por él mismo y por un grupo de amigos, todos profesionales. Lo colgó en youtube y después de reventar a visitas llamó la atención de San Rami quien le ofreció un contrato de exclusividad del que surgió su primera colaboración en 2013, la dirección y el guión del remake de Posesión Infernal, la película que catapultó a Raimi al estrellato en 1981. Don’t Breathe es su segundo largo, más libre en el sentido que no está atado a un remake y el guión le ha permitido a Fede soltarse. No podemos considerarla un sleeper, pero sí una película de género humilde en sus propósitos, pero encomiablemente dirigida por un joven talento de 38 años.