Son tantos los avales con los que cuenta Ken Loach, que casi parece una perogrullada recomendar una película suya. Su último trabajo, Yo, Daniel Blake es de esos trabajos multipremiados que nadie debería perderse. Pero no por sus galardones, sino por sus cualidades y por conformarse como una lección más de realidad. Loach no engaña a nadie: su cine es el que es, un compromiso constante con las desigualdades sociales. Lo que le diferencia es su estilo: directo, incisivo, tragic-cómico.
Y así es también Yo, Daniel Blake. En ella, Loach y Laverty –su guionista de cabecera– nos narran la historia de Daniel, un carpintero inglés de 59 años, que debido a una enfermedad cardiaca se ve obligado a acudir a las ayudas sociales. Sin embargo, a pesar de que el médico le ha prohibido trabajar, la administración le obliga a buscar un empleo si no desea recibir una sanción.
Se estrena en España el 28 de octubre de 2016.