No se me ocurre otra forma mejor para felicitar la Navidad que esta película de Frank Capra. La película mantiene su calidad, su esencia -puro Capra-, y todas sus virtudes, que son muchas. Se puede ver en cualquier época del año. Y aunque quizá en Navidad resulte más próxima por el cómo y lo que en ella se cuenta, su mensaje prevalece por encima de años y estaciones. Seguro que muchos, me consta, la tenéis en formatos varios, pero para los más perezosos, esta copia tiene una calidad decente, a pesar del sonido y de estar doblada.