El misterio de la Puerta del Sol no se puede considerar uno de los trabajos más emblemáticos de su director, Francisco Elías, pero sí uno de los más trascendentes por tratarse de nuestra primera película sonora. Como muchas de sus coetáneas, fracasó en taquilla, más por las dificultades técnicas de la época para reproducirla –1929– que por su contenido. Aunque, con el tiempo, su legado se ha mostrado innegable. Y es que la propuesta de Elías era una auténtica hazaña en un contexto político –la caída de la monarquía y el advenimiento de la 2ª República– que poco, o nada, ayudó al desarrollo del sonoro.
La película relata las aventuras de Pompeyo y Rodolfo, dos linotipistas –los que componían los tipos con los que se imprimían los periódicos– que sueñan con convertirse en estrellas de cine. La llegada de un famoso director americano, Edwin S. Carawa, les dará la oportunidad de presentarse a un casting. Al no resultar elegidos, planean cometer un falso crimen que les permita alcanzar la tan ansiada fama.
Elías, su director, se había curtido en Francia y en EE.UU. ejerciendo de rotulador de películas mudas. De sus trabajos posteriores destacan Boliche (1933), Rataplán (1935) y María de la O (1939). Exiliado tras la Guerra Civil en México, regresó en 1953 realizando alguna película más, que pasó con más pena y lejos de la gloria que hoy se le reconoce por El misterio de la Puerta del Sol.
El archivo de RTVE nos permite disfrutar de esta pequeña parte de nuestra historia: https://www.rtve.es/alacarta/videos/el-misterio-de-la-puerta-del-sol/misterio-puerta-del-sol-ultimo-dia-pompeyo/1571028/